“El 19 de septiembre de 2017 la mayoría de los boricuas sabía que al día siguiente no contaría con energía eléctrica, no había duda; pero lo que no nos imaginábamos era que estaríamos semanas sin poder comunicarnos a través de los sistemas a los cuales estábamos acostumbrados”.
Con esa contundente aseveración, con la que de seguro se identifican miles de ciudadanos, inició el doctor Marcel J. Castro Sitiriche, el conversatorio Impacto de María en el sistema de telecomunicaciones en Puerto Rico que realizó recientemente el Centro Hemisférico de Cooperación en Investigación y Educación en Ingeniería y Ciencia Aplicada (CoHemis) en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM).
Se trató del tercero que organiza esa entidad, como parte de su serie de Conversatorios para un Puerto Rico resiliente, cuyo fin es discutir efectivamente los retos del país tras el paso del devastador ciclón María y mantener una visión de sustentabilidad a largo plazo como ruta a las soluciones. En esta ocasión, se enfocó en la historia reciente de las telecomunicaciones y en las posibles vías para robustecer ese sistema.
“Tenemos que reconocer que fue un evento muy grande con un impacto económico para el país que tiene repercusiones políticas y sociales. En la Universidad tenemos que ver cómo aportamos para el beneficio del pueblo, no solamente para un sector. Por eso hay que unir diferentes disciplinas, porque, por ejemplo, el sistema de telecomunicaciones depende mucho del eléctrico y así mismo hay una madeja de sistemas complejos con los que interactuamos que hay que atender, pero sin dejar a un lado la sustentabilidad porque hay decisiones que se están tomando ahora que nos van a afectar por los próximos 30 a 40 años, así que no podemos permitir que lo urgente no nos deje mirar al mediano y largo plazo”, reiteró Castro Sitiriche, codirector de CoHemis.
Para hablar del tema, se convocó a recursos del recinto mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y a representantes de la industria, quienes comparecieron ante una atenta audiencia en el Anfiteatro de Ingeniería Civil. Los ponentes incluyeron al doctor Rafael Rodríguez Solís, del Departamento de Ingeniería Eléctrica y de Computadoras (INEL); los ingenieros Javier Acosta Hernández, de la compañía MapPlus; y Moisés Torres, de One Net Communications Group; y el reconocido comunicador y radiolocutor, Toti Figueroa, de la emisora WPRA.
Rodríguez Solís, quien posee experiencia en las telecomunicaciones, tanto en la industria como por sus intereses en la academia, inició la ronda de presentaciones con una cronología de la historia de ese campo en Puerto Rico y un breve resumen de lo que ocurrió tras el paso del fenómeno que hizo colapsar el sistema.
“Nadie esperaba un impacto tan grande. Como nos hemos ido moviendo todos al uso de teléfonos celulares más y más, y mucha gente ha dejado parte de la telefonía fija, el efecto fue tremendo”, afirmó el catedrático, quien se especializa en las antenas y circuitos de banda amplia, microondas, sintonizables y otras de milímetros para sistemas de radar y red de área corporal.
El profesor contextualizó la evolución del sistema de telecomunicaciones en el país, que hoy día depende en gran medida de los teléfonos móviles, el satélite y el internet. Asimismo, detalló la infraestructura que requieren estos y que no soportó, en su mayoría, las impetuosas ráfagas huracanadas. Esto repercutió gravemente no solo en la manera de las personas y familias conectarse, sino en las agencias del gobierno y en la empresa privada, como la banca, que depende de transacciones electrónicas, o la industria de alimentos, que no tenía manera de actualizar su inventario.
Como parte de su reflexión final, el educador cuestionó cuál debe ser el rol de la Universidad para dar apoyo al restablecimiento de estos sistemas de comunicaciones y cuáles deben ser los servicios mínimos que deberían garantizarse al pueblo.
“Es un poco más complicado porque esto es un ámbito totalmente privado y el único ente que tiene injerencia es la Junta Reglamentadora de Telecomunicaciones que es la que puede hacer exigencias a estas compañías para ofrecer unos servicios. Habría que ver si toma como recomendación regular cuánta resiliencia deben tener estos sistemas y cuánta duplicidad, para asegurar unos servicios mínimos para manejar las emergencias y lograr una comunicación básica entre las diferentes personas”, subrayó.
Prosiguió su turno el principal oficial ejecutivo de la empresa MapPlus, quien es egresado de ingeniería en el RUM, con 24 años de experiencia en sistemas de información geográfica. Su compañía, dedicada además a la percepción remota y estudios espaciales, estuvo destacada en el Centro de Comando del Gobierno de Puerto Rico durante los tres meses posteriores a la emergencia, experiencia que usó como referencia para su presentación.
“Producíamos una serie de análisis y reportes tanto para el gobierno federal como estatal y a empresas privadas en cuanto al progreso de las comunicaciones en el área de los celulares, entre otras. Hicimos una base de datos de cómo se iba restaurando la red en términos de los porcientos y las cantidades de antenas que se iban levantando en línea. Lo que logramos no es tan común y por eso, quise exponer cómo se pueden mezclar las bases de datos con la información geográfica para que tengan sentido y se pueda extrapolar información útil para el pueblo”, destacó.
Luego tomó la palabra Figueroa, comunicador con 40 años de experiencia en la radio, que incluye ser el productor y moderador de los programas Comunicando y Dialogando, transmitidos diariamente por la emisora WPRA 990, y que junto a su hermana WKJB, con la que comparte antena, fueron las únicas que se mantuvieron funcionando en toda la región oeste y prácticamente en el país, que solo contó en San Juan con WAPA Radio, al menos, las primeras semanas luego del fenómeno atmosférico.
“Lo más interesante es que yo pasé un huracán en los años 50 sin energía eléctrica y mi única comunicación en el mundo era un pequeño radio. Más de 50 años después, paso un huracán nuevamente y mi única comunicación, en el tiempo de las computadoras, el wifi y los celulares, fue un pequeño radio”, reflexionó sobre una de las lecciones más grandes en este proceso.
Precisamente, el locutor centró su intervención en esa introspección que, a su juicio, debe motivar a las personas a no centrarse tanto en la tecnología y retomar esos otros medios de comunicación que, a la hora de la verdad, cumplieron con su función básica y brindaron un servicio comunitario de suma relevancia para manejar emergencias y enlazar a familias incomunicadas.
Figueroa instó a la audiencia, en especial a los más jóvenes que están forjando sus carreras, a recapacitar sobre la manera en que el país realiza los trabajos de reparación al sistema eléctrico, con la misma fragilidad que tenía.
“Aquí en el Recinto, por ejemplo, se están haciendo tremendas iniciativas como los oasis solares, pero la solución que están buscando las autoridades es lo mismo. Siguen sin pensar en el sol, en el océano o el viento como fuentes de energía. Es tiempo de desligarnos del petróleo, del carbón y del gas. Es tiempo de salirnos de allí. Hasta ahora lo que he visto de respuesta del gobierno de Puerto Rico y de Estados Unidos deja mucho que desear”, reiteró, al tiempo que enfatizó que está “prohibido olvidar lo que nos pasó en el huracán”.
Por último, cerró el ciclo de ponencias el ingeniero Torres, presidente de One Net, dedicada a la implementación, integración y mantenimiento de redes de comunicación móvil con diversas tecnologías, cuyo trabajo tras la emergencia se centró en la recuperación de la red telefónica de Puerto Rico en jornadas sumamente extensas.
En su opinión, lo ocurrido se debe a la falta de planificación en el desarrollo de estándares de instalación en el aspecto estructural de estas redes alrededor de la isla, por lo que es vital cambiar los criterios para evitar repetir la historia.
“Como posibles soluciones creo que deberíamos contemplar soterrar 100 por ciento el sistema, tanto energético como de fibra óptica para protegerlos de estos vientos. Igualmente, proponer instalaciones para resistencia de vientos huracanados de 175 a 200 millas de las antenas e integrar en la Junta Reglamentadora de Comunicaciones una comisión para que regule, desarrolle y legisle a los contratistas con los nuevos estándares establecidos”, apuntó.
El conversatorio, que culminó con una sección de preguntas, continuará su próxima edición el martes, 20 de febrero, esta vez dedicado al daño estructural que causó María en el país.
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