Puerto Rico y la República Dominicana, dos países del Caribe, que además de su proximidad geográfica, comparten preocupaciones similares que se atienden desde la literatura. Los innumerables vínculos entre ambas islas mediante su producción literaria, se posaron sobre dos alas nuevas que nos remiten a los versos de Lola Rodríguez de Tió en referencia a Cuba y la menor de las Antillas Mayores.
República Dominicana y Puerto Rico son... fue el título de la actividad en la que se presentó el número 29 de Cuadernos de Poética, revista dirigida por el doctor Diógenes Céspedes, además del texto Para leer a René Rodríguez Soriano (sin maestro), de Miguel Ángel Fornerín.
De acuerdo con la profesora Aida L. Carrero Vélez, del Departamento de Estudios Hispánicos (ESHI), la jornada estaba pautada para el pasado semestre y tuvo que posponerse hasta el siguiente, debido al huracán María.
“Entendemos que es un encuentro necesario. Deseamos despertar en los asistentes el valor de la escritura de René Rodríguez Soriano, como también de otros autores dominicanos”, afirmó la catedrática y maestra de ceremonias.
Tras 17 años sin publicarse, se retomó nuevamente el proyecto, con el ejemplar número 29 de la revista Cuadernos de poética, dirigida por Céspedes. La amplitud de temas que incorpora en sus 232 páginas, va desde artículos sobre literatura, historia de la República Dominicana y teoría literaria, entre otros.
“Esta es la segunda época de la revista, se dedica al estudio de la literatura, de la poesía, del lenguaje, y al mismo tiempo, de la historia. Si hay una conexión entre literatura e historia, y viceversa, eso es lo que nosotros estudiamos en ella y le damos prioridad y cabida a todos los ensayos de los escritores latinoamericanos, caribeños, norteamericanos, europeos. La misma se publica en varios idiomas, y está indexada”, sostuvo el profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Por su parte, el doctor Carlos I. Hernández Hernández, catedrático del Departamento de Ciencias Sociales y director del Centro de Investigación Social Aplicada (CISA), destacó el contenido de la tirada.
“Este número trabaja la literatura, la historia de la República Dominicana, y hace unos exámenes extraordinarios sobre lo que es la teoría del discurso, sobre todo, la de las palabras como tal. Por ejemplo, uno de los trabajos como el del doctor Céspedes aborda la producción histórica en la Repúblicia Dominicana, uno similar al que hizo Ángel Quintero en los años 70 en Puerto Rico”, expuso.
Asimismo, desglosó otros temas como la relación del lenguaje con los métodos para producir un texto de historia, así como la aportación del doctor Fornerín con su análisis de dos novelas del movimiento albizuista.
De otra parte, la doctora Dolores Irizarri Irizarri, catedrática auxiliar del Departamento de ESHI, tuvo a su cargo la presentación de Para leer a René Rodríguez Soriano (sin maestro), el libro más reciente del doctor Fornerín.
“Fornerín entiende que la influencia del entorno social y político, enfrenta a los escritores a la desesperanza y justifica su escritura. Asimismo, privilegia dos novelas: Queda la música y El mal del tiempo, y define la escritura como el vínculo para trascender el tiempo”, expuso Irizarri.
De acuerdo con la profesora, el texto además, bosqueja una lectura itinerante de Rodríguez Soriano dentro de la cultura literaria dominicana, por lo que debe ser visto como una figura de transición de los años 70 a los 80 en la República Dominicana. Además, está dividido para abarcar todos los géneros literarios que cultiva Rodríguez: cuento, novela, poesía, narración breve y ensayo.
La actividad, auspiciada por el Departamento de Estudios Hispánicos y el Centro de Investigación Social Aplicada, concluyó con la lectura de los cuentos Una muchacha llamada Josefina, y No les guardo rencor papá, a cargo del laureado escritor dominicano René Rodríguez Soriano.
